Monday

Ironía

Andaba yo de camino por el muelle, con ropa limpia y bien peinado,
cuando encontré en una banca junto al río a un vagabundo.
Se acercó a mí con una sonrisa torcida, con la boca entreabierta,
La barba cubierta de baba y sumergido en olor a orina y aguardiente.
No sé si lo miré con asco o con desprecio

En loco soliloquio repetía su gruñido mientras se empeñaba en acercarse.
La gente me miraba y se reía y hubo quien hasta en mi defensa le grito una grosería,
En un paso atolondrado perdió el equilibrio y resbaló en el charco de su orina.
“Repugnante” pensé en mi retiro.

De regreso de mi encargo lo encontré de nuevo ahora inmóvil, dormido.
En su rostro dibujada una sonrisa que me deja adivinar que está soñando
Y en ese momento se me ocurre, que en su sueño él es quizá un príncipe de mucha honra con un palacio una mujer y riquezas; que cabalga en la pradera en su corcel, que comanda su ejército a vencer.
Mientras las moscas le caminan en la cara él es libre de ese cuerpo y de esa vida.
Me miro la ropa limpia, después miro sus andrajos y no puedo evitar pensar que en sus sueños, el es dueño de lo mismo que soy yo.
jj

2 comments:

Natalia Astuácas said...

JJ... esa gente de una u otra forma guarda un no sé que especial que el resto no... ellos(as) viven en su mundo y aunque no sean felices buscan en un piedra, sus andrajos, alguna luz eso que no tuvieron o no quisieron...
Sus miradas son profundas, guardan miles de momentos, palabras y pasos que en hora buena el resto no... pero tiene algo... tienen algo... quizá un corazón... un alma... igual que vos y yo.
Un abrazo fuerte muy fuerte.

jj said...

Pues si ;y en el fondo en algo somos similares.
jj