Agradece

Una noche los muchachos del pueblo en que crecí escribieron en la pared de la plaza…
“No te quejes si no tienes zapatos, hay otros que no tienen pies”
Que raro que frases tan simples sean tan profundas y nos pongan a pensar; sí es extraño que otras cosas que aprendí en el colegio y repetí veinte mil veces no tengan ya un lugar en my memoria.
Por eso cuando la vida se pone difícil y los problemas se amontonan busco en mis recuerdos la imagen de esa pared blanca. Esa imagen me obliga a no sentir pesar por mi mismo y me mueve a extender compasión a otros sin esperar retribución.
jj